Hoy os traigo un post de belleza en el que os hablaré sobre el cuidado del pelo.
El cabello es un elemento clave en nuestra imagen física, pero a veces no le prestamos toda la atención que merece.
A continuación os cuento cuáles son los cuidados adecuados de acuerdo con sus características.
Conocer nuestro tipo de cabello es el primer paso para poder sacarle el máximo partido a nuestra belleza natural. Problemas como el encrespamiento, la excesiva presencia de grasa o las puntas abiertas mejoran notablemente con unos cuidados acertados. Para mantener el cabello en las mejores condiciones, la mejor fórmula es tener hábitos saludables, llevar a cabo unos cuidados adecuados y usar productos específicos.
El lavado se debe hacer con champús especiales para nuestro tipo de cabello, aclarando a fondo y con agua no demasiado caliente. A la hora de secar el cabello, no hay que abusar del secador ni de la plancha, y, si se utilizan, conviene aplicar antes un producto que lo proteja frente al calor.
Acondicionadores,mascarillas y serums son productos que ayudan a fortalecer el cabello y le devuelven la suavidad y el brillo, pero, al igual que el champú, deben elegirse en función del tipo de pelo o de la necesidad que tenga de reparación.
Hay distintos tipos de cabello, según sea su forma, grosor o estado, y cada uno requiere unos cuidados específicos:
- Seco: Es un tipo de cabello frágil y quebradizo, y, si no se trata convenientemente, pierde su elasticidad, se vuelve mas vulnerable y las puntas se abren con facilidad. La base del tratamiento consiste en un champú suave, especial para cabellos secos, rico en activos nutritivos como las ceramidas. Además del champú es imprescindible la aplicación de una mascarilla o un tratamiento rehidratante intensivo una vez a la semana. La hidratación es fundamental en los meses de más calor, pues los rayos de sol y el agua de mar y de la piscina tienden a secar el cabello aún más, por lo que es necesario usar algun producto protector. Las personas con pelo seco deben evitar los productos químicos, que suelen ocasionar sequedad, y el uso del secador muy caliente cerca de la raíz del cabello.
- Graso: Cuando las glándulas sebáceas segregan más sebo de lo normal, el pelo tiende a ser graso. Este tipo de cabello se ensucia con rapidez, se apelmaza y los peinados suelen durar poco tiempo. Para mejorar su aspecto hay que lavarlo con un champú suave y específico para este problema. El acondicionador se debe aplicar solamente en las puntas, y no se han de usar productos como ceras o geles, ya que empeoran el estado del cabello. Cuando se tiene este tipo de pelo hay que evitar abusar del secador, puesto que las altas temperaturas pueden intensificar la producción de grasa. Lo más recomendable es secar los cabellos grasos con el difusor, utilizando el aire tibio y levantando las raíces para que estas se mantengan despegadas del cuero cabelludo.
- Normal: Es el tipo de cabello más agradecido. Es fácil de peinar y de moldear, y tiene una producción normal de grasa que lo mantiene brillante y con buen elasticidad. Para conservar la salud de este tipo de cabello y su belleza natural, se debe lavar con un champú de pH neutro y aplicar un acondicionador suave. En el proceso de lavado no hay que excederse con la temperatura del agua caliente, ya que puede hacer que las escamas del pelo se abran. La mejor costumbre es terminar el lavado del cabello con agua fría, para cerrar las cutículas y aportar brillo al pelo.
- Grueso: Es un cabello fuerte que suele ser de difícil manejo y textura áspera. El pelo grueso tiende a ser seco, por lo que es importante darle un correcto acondicionamiento. Una forma de evitar las puntas abiertas y la rotura del cabello es peinarlo, cuando aún esté mojado, con un peine de dientes gruesos. Los geles son perfectos para peinar el cabello grueso; otro buen aliado para domar este tipo de cabello son los alisadores.
- Fino: Se trata de un cabello delicado, que se rompe con facilidad. Es importante usar productos que aporten volumen. Con el tipo de corte también se puede lograr un mayor volumen. Así, por ejemplo, el corte a capas favorece el movimiento del cabello. Cortarse las puntas con regularidad es aconsejable para todo tipo de cabello, pero aún más para el fino, ya que tiene mayor tendencia a abrirse.
- Rizado: El cabello rizado necesita nutrición para que resulte más manejable. Es un pelo con tendencia a la sequedad y al encrespamiento, por lo que requiere cuidados específicos. Si la onda es muy cerrada y se quiere conseguir una ondulación menos marcada, se puede realizar un tratamiento de queratina. A la hora de peinarlo, debe hacerse con un peine de púas anchas, y siempre de madera, par evitar el efecto de la electricidad estática.
- Liso: El brillo es la clave para realzar un cabello liso. Existen en el mercado productos que potencian el brillo natural del cabello. Además, es recomendable lavarlo con agua templada. Los cortes de pelo rectos hacen que sea más fácil mantener la melena lisa.
Hay que recordar que el cabello teñido sufre alteraciones por los efectos del sol, sobre todo los rubios de tonos claro, que se descoloran. Para evitarlo, conviene evitar exposiciones demasiado prolongadas del cabello al sol, usar sombrero y aplicarse acondicionadores apropiados que lo protejan. El cabello con color también tiene tendencia a la sequedad, por lo que se deben utilizar productos hidratantes.
Espero que llevéis a la práctica estas mascarillas y me contéis vuestras reacciones y opiniones.
¡Hasta pronto amigos!
R.